El rojo de los dulces

 

A  ella “AM” porque desde que la conocí le dio un giro de 180° a mi vida

Los dulces Acuario son de los más ricos que he probado, los hay en presentación de cinco colores distintos; amarillo, naranja, verde, morado y el favorito de ella “rojo”.

El amarillo tiene tintes transparentes, es un poco ácido, tiene un sabor agradable a piña, lo cual es suculento al paladar, te hace retroceder a tu infancia, a los sueños, recordar la caricatura de una esponja que habla y vive en el mar.

El caramelo naranja presenta una textura suave, con un color transparente, de forma ovalada, su sabor es mandarina, no tan intenso, pero tampoco suave, es recordar el momento en que le quitas la cáscara a una mandarina, desprendes los gajos y la empiezas a comer.

El dulce verde tiene en esencia las mismas características, sin embargo, me recuerda a la gelatina de limón que venden algunas marcas comerciales como “Danone” o “Pronto”.

El morado es de un color más intenso, por lo tanto, es menos transparente, es sentir el sabor de una uva fresca, recordar cómo comías una y no podía dejar de parar y parar hasta acabártelas.

No obstante, el dulce rojo es impresionante, tiene un sabor a frambuesa, pero es exquisito al paladar por su sabor agridulce, es como si estuvieras probando la fruta real.

Recuerdo que cada que compraba una bolsa de dulces siempre separaba los de color rojo, la intención es que sabía que a ella le encantaban y era una forma de decirle sin palabras, pero con hechos que haría lo posible por estar con ella y expresarle lo importante que era para mí, que jamás la defraudaría ya que no quería perderla.

Un día empecé a cuestionarme el por qué le gustaban tanto estos dulces por encima de los otros, siendo que todos tienen sabores impresionantes y fue ahí que me confesó que el sabor era exquisito pero el color rojo la impresionaba, le recordaba a la sangre, la cual es la dicotomía entre la vida y la muerte, con ella hay esperanza y sin esta el camino al reino de los muertos es seguro.

El color rojo quiero imaginar le recordaba un tanto al elixir de los vampiros, “la sangre”, sin embargo, lejos de todo juego habría que analizar la razón de su gusto por dicho color y esto de acuerdo a la psicología del color tiene diversas vertientes y una de ellos es que el color rojo es el significado de todas las pasiones tanto de las positivas como negativas (amor, odio, pasión) y ella es una mujer pasional, no disimula sus emociones, se entrega al 100% en su vida, otra relación que tiene dicho color es con la felicidad, lo anterior de acuerdo a creencias chinas, aunado a la cercanía con las personas, por otra parte, el rojo representa lo prohibido, la guerra, el peligro, aunado a lo anterior, se asocia con la fuerza, la agresividad y la vida, además se podría relacionar con la sexualidad, seducción y erotismo, sin embargo en el caso de ella, lo asocio con el amplio por la vida, por romper esquemas y amar la vida, no seguir los patrones de conducta establecidos por una sociedad que se fija en detalles superfluos y no en los valores del alma.

El color rojo de los dulces es el del amor y ¿qué es el amor?, es la vida, es el tener una esperanza de transformar el mundo, ella lo tiene, me llama la atención que los dulces tienen la finalidad de alegrar un poco a las personas haciéndolas sonreír por medio de la glucosa y las endorfinas, es decir las neuronas de la felicidad y ella lo hace en pequeñas dosis de locura, siendo lo que uno siempre soñó encontrar sin esperarlo.

Muchos le tienen miedo a la sangre, a ella les fascina, tan misteriosa que es, tan extraña para muchos, tan única, tan especial, la cuestión cabría en preguntar por qué le tenemos pánico a algo que vive dentro de nosotros, algo que puede relacionarse con la dulzura de la humanidad cuando donas parte de tu líquido vital para salvar una vida, cuando por amor derramas sangre exponiendo tu vida por el ser amado.

Dentro de las historias del mundo existe la de Condesa Isabel Báthory, quien fue una asesina serial obsesionada con la belleza que utilizaba la sangre de sus sirvientas y pupilas, esto en una época (1604) en la que a una mujer con 44 años se le consideraba que estaba entrando en la vejez, a ella se le atribuye la muerte de 650 mujeres, ya que creía que el bañarse con sangre le devolvería la juventud, esta es una historia en torno a la sangre como muchas que existen, no obstante, en este caso es necesario mencionar que la condesa no estaba sana mentalmente es por ello que asesinó a tantas mujeres, pero, en cierta medida fue por una cuestión de narcisismo, exceso de amor propio, o, mejor dicho temor a morir, quizás, por no disfrutar la vida o por su trastorno psicótico.

Y si seguimos hablando de condes recuerdo a Drácula de Bram Stoker, donde el personaje bebe sangre de humanos para subsistir, si bien, ella no toma sangre para vivir, pero si le fascinan estas historias, al igual que contemplar la luna como los lobos lo hacen.

Es curioso como unos dulces rojos de la marca Acuario te llevan de la mano a analizar la psicología del color, asesinos seriales, comportamientos, cuestiones místicas, pero esto, solo son divagaciones de un simple aprendiz de escritor.

 

Autor: Ulises Araiza



Author: El Despertador Caxcan